jueves, 24 de marzo de 2011

El Odio


Mamá me había preparado unas tostadas y una leche chocolatada. Eran las 6 am y a las 7 tenía que irme a la comisaría como me dijeron el día anterior, a la tarde. Estaba muy excitado, era defender mi bandera, luchar por la patria, como los héroes que salían en el Billiken. Era algo muy importante para un chico de 18 años, algo que llenaba de entusiasmo. La chocolatada estaba muy caliente así que tome solo unos sorbos porque no tenia tiempo a que se enfríe, estaba atrasado ya.

Camino al aeropuerto solo reconocí al miope Cuzini, un conocido del colegio al que siempre molestábamos, era un buen chico pero medio lelo, con él también había hecho la colimba, después eran todas caras desconocidas pero con la expresión expectante igual que la mía.

Llegamos a Comodoro y ahí nos dieron las armas, casi no me acordaba como se sostenía el rifle, todavía tenía en la cabeza todo lo que había estudiado para el examen de ingreso a la universidad. También nos dieron la bolsa de dormir y los cubiertos para comer. Después fuimos a Caleta Olivia nos quedamos dos días ahí, la gente traía todo lo que podía para nosotros. Luego de esos días nos mandaron a las islas que, hasta ese momento, ni siquiera sabía que forma tenían.

Acampamos en hoyos de 10 cm, lo que significaba que siempre íbamos a estar húmedos y sucios, yo me instalé con Cuzini. No teníamos casi nada para comer, de vez en cuando, cuando el enemigo lo permitía y los jefes se distraían, salíamos en busca de alguna oveja para carnear, había de vez en cuando alguna descarriada.

Ya en el décimo día, de la compañía solo quedaban 7, con Cuzini vimos morir a 2 vecinos de carpa, también nos mandaron a nosotros a que juntáramos esos cuerpos, a veces me ponía a pensar que podía estar hablando y riendo con un cuerpo que arrastrar en el futuro, o tal vez el que hablaba y reía conmigo sería quien me iba a arrastrar a mi. Solo era un pensamiento de segundos, no podía pensar en eso mucho tiempo porque seguro iba a volverme loco.

Pasados 2 días de eso quedábamos 5 solamente. En pleno combate me recosté en el pozo para resguardar mi cabeza y miré un momento al cielo, parecía navidad de lo iluminado que estaba, me recordaba a mi de chico esperando a papa Noel a los 4 años, deseé que fuera eso, navidad en casa, con mamá y papá y la abuela llenándome de besos. Pero era un soldado y esos fuegos pasaban muy cerca, una granada estalló a 7 metros, quedé aturdido para siempre. Cuzini me señaló una posición atrás de unas rocas a no más de 30 metros, me pareció buena idea ir hasta allá así que lance una granada y empezamos a correr, el miope atrás y yo delante. Sentí a Cuzini tropezar, me di la vuelta para levantarlo y corrimos nuevamente, él solamente corrió 5 metros más, después de esos metros ya no lo sentí. Llegué hasta las rocas ya sin carga en el rifle, me recosté, busqué otro cargador, lo puse y asomé mi cabeza por encima de la roca. Seguía muy aturdido y divisé una figura a 3 metros, era un inglés, lo supe por el sofisticado equipo que llevaba. Mi rifle lo apuntaba y su rifle me apuntaba. Sus ojos me miraban y mis ojos lo miraban. Y entre medio, la muerte, transparente y omnipresente en las islas. Estábamos el inglés y yo… estábamos el argentino y yo… y en ese momento nos odiamos a nosotros mismos. 

martes, 15 de marzo de 2011

4 AM la hora de las brujas.


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A esta hora de la madrugada sin mucho que hacer pero re pila por el puto insomnio que tengo juntado con el granel de fobias que poseo (hoy, mañana ya no tengo más), no encuentro mejor manera de matar el tiempo haciendo :esto: descontando que me van a tildar de drogón y fasetete, o tal vez no, no sería novedad que sea lector alguien de mi estilo, reservo mi imagen para mis letras, y a las letras las guardo en mi bolsillo, a menos claro que exista el medio (que por suerte no existe aún) para que mientras lean esto me vean, con mi remera de Marley desteñida completamente y mis pantalones marca jipi manchados con lo que espero, el mejor de los casos, sea fernet, digo el mejor porque las noches de los fines de semana son unas serias lagunas mentales para mi, todo por culpa del alcohol, el alcohol es malo, alejaos de las drogas, son asuntos sucios.

Bueno a ver, reviso lo que escribo y va bien, al menos hice un parrafo de algo, hay tanta gente que ni eso hace, hablando de eso, tomemos al amor, ¿que mierda que ya no se valore no, señora Legrand? -Sí querido, sí. Es decir, ¿ya nadie valora un abrazo acaso? o un te quiero esporádico y autentico en cualquier momento y lugar, no digo que sea uno de esos que a cada rato lo dice, hasta estando en el baño, pero más o menos lo demuestro de la manera que puedo y sé, no pidan mucho, con la economía como está ¿qué más querés? ¿pan? Después de que te cansas encima esperan que les respondas un mensaje en el que te dicen "te extraño", bueno si tenés amor para dar ahora comprate un perrito, ahora ya es tarde para darmelo a mi, en fin, ¿me pasás el bong? gracias. Prosigo, el sábado típica fiesta de disfraces de la que ¡oh sorpresa! no terminé abrazado al cordón, me vestí de rastafari, pero no tenía rastas, así que era un rasta caretón (?. Usaba la misma remera que tengo ahora, sí, sí la de Marley, la que se destiñe, y adiviná cómo tengo la espalda, toda verde, yo creo que soy un Hulk del tercer mundo, por el tema de mi flacura, preocupante, pensaba que con la lija que me daba el faso me iba a recuperar el peso perdido pero no, bah, es medio difícil igual, teniendo en cuenta que fumo solo los findes y antes de entrar al boliche. Me agarra la lija a las 4, por ahí. Cuando salimos solo nos queda el Mc Donalds del orto ese que te atiende cada uno... (el autor no se hace responsable de que algún lectoreto noble y honrado que trabaje en el Mc se sienta ofendido, en tal caso figurensé que en vez de Mc Donalds dice Burger). A todo esto se agrega que tenés que comerte una re cola en el auto de tu amigo hasta que una chica amable pero con una cara de "la puta que lo re mil pario no puedo salir porque tengo que laburar" te diga "¿que queré'?" y vos le decís con lo mínimo de conciencia que te queda y con todo el arte del balbuceo "u' bigmá" y la forra, porque es el único divertimento que tiene en toda la noche, te dice "disculpá, ¿me podés repetir?" ¡MENTIRA! ¡no lo habrás escuchado clarito pero que lo entendiste lo entendiste! En fin llega el momento deseado de calmar el tigre que ruge en vos, en esa hamburguesa que le chorrea todo el ketchup que imagines, porque así sos en pedo y fumado, no te importa la presión arterial.
 

Llamadlo desahogo o como queráis de yapa un pequeño muestrario de mi cabeza:


-Che tenés un cogollo que te sale de la oreja.

-¿Qué?

-Sí boló, un cogollo.

-Ja, está bien, dejalo, ya va a salir. Che, Carla, ¿cómo anda?

-Ahí, viste... superando la situación.

-Ostia un negro!

-¿'onde?

-¡Este negro!

-Siempre el mismo chiste boludo vos..

-Bueno no te enojes picarón, dale, me decías de Carla, como la está pasando después del tema de la... vos sabés..

-Y como el orto la está pasando, perder una teta es un re bajón, vos podés decir... puede ser peor, o que por ahí no lo sienta tanto debido al hecho que le quedan 3 más. Pero una teta es una teta, acá y en donde se te ocurra. La teta es sagrada.

-Y sí, imagino, pobre, pero sabés que haría yo? me sacaría una más, para que quede como las otras chicas ¿viste?

-Umh, pero acordate que ella tiene las tetas en la espalda.
 

I'm Loco

I'm Loco, vengo de Salerna, donde existen los Salercineros Salerciniantes de los visitantes de Salerna. todos ellos dedicados a Salernizar al desprevenido pasante. Salerna es un lugar rodante, no tiene un sitio estático, no creo que pueda uno venir de un lugar que nunca tuvo un solo lugar, retrotraigo mi introducción: I'm Loco, y solo nací en un lugar de paso por donde anduvo el pueblo rodante de Salerna, en donde ruedan los Salercineros Salerciniantes de los incautos que se encuentran en el paso de Salerna.
Desprevenido a prevenirse, al menos de Salerna, ese pueblo lo lleva todo.
Me caí del canasto donde mi madre Salercinera me cuidaba, ella era Salercinera natural y mi padre un desprevenido más. Miles de veces contaron de como se conocieron, de como mi Padre cayó en desgracia, de como cuestan las cosas, de como son chatas las cosas que arrasa Salerna, y lo que es, solo es eso, lo que es, luego del paso de Salerna no hay pasado. Se lo lleva todo.
Mi caida me propició de una marca en mi mejilla izquierda, era bueno en mi adolescencia contar historias falsas tratando de explicar el origen tonto de esa marca, las mujeres caen fáciles ante los galanes de historias que mienten. Los salercineros Salerciniantes se valen de las mentiras para llevarselo todo, las enseñan en la escuela y en el hogar, y las demuestran a la hora de saquear.
Se lo llevan todo, lo todo siempre es invisible, lo todo muchas veces es ignorado, lo todo es lo más valioso que un Salercinero Salerciniante puede quitarte, lo todo nunca pasa de largo para los que lo buscan.
I'm Loco sin tierra, desterráronme: motivo: raro caso de raro bicho, puede pudrir manzanas. Mi sospecha de real motivo: ya no quería mentir.
No hay descenlace, i'm Loco, solo Loco escribiendo de Salerna y sus Salercineros que se lo llevan todo. 

lunes, 7 de marzo de 2011

¿Y ahora qué pasa, he?

Mis viejos casáronse porque no querían que fuera bastardo. Vestíanme con ropas caras a crédito para que no se notara que era pobre. Sobreprotegiéronme para que fuera un Chicobien. Educáronme para que sea lo que quisieran ellos que yo sea. Olvidáronme cuando fuime. Llóranme. Jaja.
Y cuando fuime no llamaron. Quedé desamparado y solo como solo siempre lo había quedado. Maldito Malhijo, idose de su casa dejando tristes a Mama y Papa // No se dejen embaucar por la versión de otros, tan subjetiva, de mis decisiones amiguitos míos, soy el tipo más objetivo e imparcial para contarles la historia de mi versión de la vida mía // Teléfono de psicólogo siempre presente y sin estrenar en mi pequeña billetera, justo entre una medalla de no se cual santo y una imagen de Bob Dylan envuelta en plásticoco. Cocólogo.
De más está contarles que un joven nuevo conoce a gente en lugar nuevo, pero cuando conoce a una joven nueva de Glauca mirada interesante, la conoce más, le gusta, y se lo dice, oh, ¡pero cuidado! las Malhijas nunca están solas Malhijos y amigos míos.
Tipo nuevo, ciudad nueva, Malhija única que toma un subte en estación Retiro sin acompañarse de nadie otro, trabajo nuevo. Comióme la vida y mi salud el trabajo en municipio manipulando carteles y siendo formal con otros seres que venían de clases altas donde no existen los problemas comunes de nosotros, oh no amigos míos, a los falsos con falsedades, siempre lo he pensado así. Así subí alto, no creerían cuán alto ni aunque fueran palabras escritas por el mismo Dios que es un gordo mórbido que come papas fritas de vez en cuando en el cine barato que llamó Tierra. En el cine barato se proyectan las vidas, amiguitos, las suyas y las de los que conocen. Mi Película le habrá causado buenas carcajadas al Mórbido ese tal.
Subí alto y alto y alto y en lo alto me enseñaron que la mejor azúcar no se come, se snifea. Y mi cara snifeó lo bastante como para que mi cabeza volviérase paranoica. tocaba las caras de todos los que miraban a la Malhija que me gustaba, las tocaba con mis nudillos y era divertido. Y era divertido. Vender cosméticos caros a los grandes peces de allá arriba que miraban de arriba y miraban duros y gobernaban duros, dinero por todas partes mis amigos. Malhija dejome. Será el único ser que comprenderé en toda mi Película de comedia.
Inspecciones y cultura represiva interna por la rebelión conservadora de la sociedad, acabaron mi negocio con esos peces gordos, que ya no podían gobernar duros, sino que tenían que gobernar blandos pues los soldaditos del Mórbido ahora controlaban el Estado.
Je desprotegido, sin muchas armas en ese nuevo lugar que todavía era nuevo por la desconexión social a la que me sometía por mi profesión, Je no podía mostrarme tanto, aunque los de la ley eran los mejores y míos clientes, Je seguía fuera de la ley del Estado y, según los actuales soldaditos, también fuera de la ley del Mórbido carcajaroso.
¡Solo! fui mandado por la Situación a la jauría de las calles en las que los lobos maltratados por mi puño, vivían libres y salvajes, y más salvajes con los nuevos al mando. Fusilamientos entre civiles y toda la cosa, ¿vieron, eh?
Asísí fue como una noche encontráronme los cararotas que, rotas las caras por mi, por alojar ojos curiosos de la Malhija, lucían terriblemente mal. No solo eso, ellos vestían mal, olían mal, y las armas rudimentarias salían de todos los ellosbolsillos. Les sonreí con todo el cinismo que pude, oh sí que puedo usar mucho cinismo con esos pelotudos. Agarráronme, con más bronca los todos, y me reventáronme a piñas y patadas mientras les sonreía, nada tuvieron de compasión por un tipo que fue malchaqueado por el Estado de forma tan sangrosa. Y ellos lo sabían, y ellos luchaban contra la represión, ellos decían, y si yo no hubiera sido el objeto del odio de sus brazos y pies, si yo hubiera sido otro malchaqueado hubieran dicho "¡Pobre!" en alguna publicación de fanzine con historia de vida y toda la cosa, solo para hacerse los humanistas. Pero era yo amigos, el muy nobastardo que había mirado ojos glaucos y avanzado sobre ellos y besado la boca que estaba debajo de ellos. No hubo pensamientos elevados en los golpes que me daban, era la violencia la que flameaba en sus ellosojos y era la brutalidad del ordinario y sentía nauseas de que sus calzados sucios me tocaran tan fuertemente y que sus manos olorosas me rasparan la cara. Y abandonado por la gente que decía nunca abandonar. Oh sí, podían verme ahí tirado, espichando, exhibiendo en mi cara lágrimas de mis sosojos, que no eran glaucos, que eran tristes. Pero, Jaja.
Tomo agua.
Llégome con tres heridas, la del amor, la de la vida y la de la casi muerte a un sanatorio de enfermeras pelirrojas y doctores alzados con ellas. Curáronme sin saber quién era, exponentes de las pocas nice people que conocí en mi Comédica vida. Fuime de ahí recuperado físicamente, esta vez en busca de la Debotchka, porque era lo que realmente interesaba. Comprendo Oh sí... eso... y solo les queda, si quieren, desearme buenos lugares nuevos únicos para buscarla, mis únicos amigos míos.

Para Evelyn, con afecto.


Los poemas de amor son una mierda.

La amo cuando se sienta frente al piano, la amo cuando apoya su cabeza en mis hombros y con su respiración marca el tiempo con el que sonrío...