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sábado, 9 de septiembre de 2017

Los poemas de amor son una mierda.

La amo cuando se sienta frente al piano, la amo cuando apoya su cabeza en mis hombros y con su respiración marca el tiempo con el que sonrío y le hablo. La amo sobre todo cuando está ausente porque mi memoria toma su nombre y su vida toma mi sueño que toma su rostro cálido. La encuentro dormida, sonámbula, sus ojos no miran. Se despierta y me acaricia el pelo, me dice al oído que despierte y besa mi cuello. Se levanta y desayuna. Prende la radio, la silencio, prende las luces, las apago. Aún le gusta leer, su velador queda encendido hasta las dos. Todavía busca abrazarme para dormir, apoyar su cabeza en mis hombros, marcar el tiempo, respirar lento, dilatando de esa única forma el duelo que la aleja de mi.

sábado, 14 de julio de 2012

Una carta de amor


Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo

porque en el fondo es todo

como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mía,

todo eso que es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero.

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.

Julio Cortázar

Los poemas de amor son una mierda.

La amo cuando se sienta frente al piano, la amo cuando apoya su cabeza en mis hombros y con su respiración marca el tiempo con el que sonrío...