martes, 10 de diciembre de 2013

Si te tuviera en una flor



Si te tuviera en una flor

Una flor chiquita con muchos pétalos

del tamaño de las alas de una mosca

con un tallo delicado que hace de torre

si te tuviera presa en una torre

y que esta torre sea una flor pequeña

con ocho espinas en el muro del tallo

con tres hojitas dentadas

que en la azarosa subida te sirvieron de peldaños.

Qué se yo de tu voluntad

de tu gusto por esa flor pequeña

de tu gusto por las alas de una mosca

de espinas de tu agrado

y de los muros que te sostienen

y de tus hojas de peldaños

Todo es solamente si te tuviera.

lunes, 23 de septiembre de 2013

¿Me querés?

Hoy falta el aire que revuelven tus palabras
a veces es el aire, otras veces tu mano con la mía
de vez en cuando faltan también tus lágrimas
tus llantos encerrados en mis brazos.
Capaz (a veces me arremolino en pensar)
que también me faltan tus reclamos,
tus preguntas, chiquititas, de las mínimas que tanto llenan.
Todo lo que falta y tanto necesito,
una sonrisa mínima ante un "sí, te quiero".

miércoles, 10 de julio de 2013

Cuchillo Tramontina sin punta


Una aguja, que es tu palabra,
se me ha clavado en el ojo.
Es tu palabra
la que viajó, ciega y amplificada desde tu boca,
acompañada de una sonrisa con unos...
7 u 8 centímetros de oblicua sensibilidad;
la que, invisible,
se tomo un avión a mi retina, para
irritarla,
enrrojecerla,
desgarrarla y hasta
                    ¿por qué no?
arrancarle unas
microgotas con destino de mejilla
deformada por unos otros
7 u 8 centímetros de oblicua felicidad.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Esas palabritas que me contás
que me decís 
caen como plumitas de pollitos, amarillas entre lo rojo sanguíneo y el verde inmaduro
yo te miro de abajo, tanto que parezco un chico.

Pienso cuando te miro mudo:
vas a matarme con un disparo de algodón de azúcar proveniente de tu boca.

sábado, 27 de abril de 2013

La soledad es peronista.


Estaba pestañeando por una basurita en el ojo cuando en I-sat daban un corto de animación. La pava tiraba su aliento candente por la tapa abollada por una caída accidental. La temperatura no llegaba a los cinco grados, por lo tanto Santa Fe era Santa Fe y todavía Nacho pensaba posible algún guiño de Flor. Le dije a mis viejos si no podían tirarme un poco más de guita al mes, porque a mitad de año siempre nos aumentan... Flor trabajaba, aún así para mantener sus estudios y el alquiler lo que ganaba no le alcanzaba, una buena mina Flor, un bocho en la facultad y también fuera de ella, algo que conjuntamente es un mix interesante. Sí, este año yo ando tranqui, pero tengo que pensar en el próximo ya, el cambio de casa próximo me va a comer los ahorros, Nacho siempre incluyendo un "yo" en la respuesta o lo que algunas veces irritaba más que eso, incluyendo una respuesta donde no se preguntó nada. Flor apagó la hornalla. Las burbujitas dentro de la pava saliendo a flote, explotando ansiosas por el encuentro con el café instantáneo en el fondo de una taza. Nacho se arrancó un pucho y le ofreció uno a Flor. ¿Qué se te dio porque charlemos? Parecía agresivo pero no lo era. No quiero que pienses que es porque me siento sola, después de un tiempo largo empecé a necesitarte capaz. Nacho dejó el cigarrillo en el cenicero que tenía grabada una bandera de Italia, recuerdo del intercambio universitario de Flor, ¿me extrañás? le preguntó, seguidamente tomó el primer sorbo de un café que todavía estaba muy caliente. No boludo, bah, no de la forma que esperás. Se extraña o no se extraña Flor. Corrió la cortina de la ventana, una niebla liviana impedía la visión lejana aunque no opacaba el brillo de la luna. Si vos decís. Algo inquietante es el reflejo de las personas en la ventana. Se sentó. Quería saber de vos, hace tanto que no nos hablamos. Que no quisiste hablarme. Basta Nacho fue por algo, y me parece que fue apresurado volverte a ver ahora. Está bien, no hablemos si no querés, tomó tres sorbos dejando la taza por la mitad, aún el calor le lastimaba. ¿El cursado? Bien, curso pocas, quiero rendir algunas, cursando un par no se me hace tan complicado. La cucharita golpeteaba el fondo de la taza, Flor sentía un sentimiento de intranquilidad ante la idea de que el café junto con el azúcar se acumularan en el fondo, era preciso revolver de vez en cuando. ¿Lula? ¿te seguís hablando con ella? Lula... hace tanto que ya no la veo, recibí una postal la semana pasada, me escribió que mandaba un regalito, se lo habrán manoteado en el correo... La última postal la mandó desde Venezuela, nunca pude contestarle nada, muchas veces siento que sería al pedo mandar algo. Pobre Lula... le pegó fuerte irse. Nacho, lo que le pegó fuerte fue cuando lo agarraron a Chuli, tan sola debe sentirse. Las partículas de azúcar jugueteaban chocándose cada milisegundo dentro del café ya tibio, de todo ese movimiento nada estaban enterados Flor y Nacho, el frío entraba en la casa. ¿De los otros tenés noticias? Ni siquiera un mensaje, está bien, no son tiempos para confiarse de la tecnología. Nacho se levantó de la silla, apagó el pucho y se paró frente a la ventana que no mostraba mucho más que la neblina asfixiando unos arboles en la vereda. Extrañaba tanto como Flor. Las tazas ya no largaban tanto vapor como hace unos minutos. Flor tomo un sorbo y rápido fue a apoyarse en la mesada agarrando con sus dos manos la taza queriendo aprovechar aquel calor que se iba. Lo miraba. Nacho tiró una sonrisa en dirección a ella, acertó. Nos sentimos tan solos Flor, le dijo. Flor fue a su lado, miraban la ventana y sus manos se apoyaban innecesariamente en el marco. Pensaba si podíamos reconstruir todo. Nacho sabía que era imposible, muchos ya no están. Su mano izquierda volvía como hace un tiempo a encontrarse con la cintura de Flor. Respiraron profundo. Estaban muy solos y la niebla se había apoderado hasta de los ruidos. El café se enfrió, la revolución nos empezó a parecer incómoda y las dos cosas eran intomables.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Imprescindible Chávez

         Cómo ha dolido este día, el imprescindible se nos fue pero no por ello deja de ser imprescindible. Ya sentí esta sensación de "no me jodan" en octubre del 2010, la sensación era compartida, era "no nos jodan" y dedos en V en cada rincón. Esta vez, tal vez porque estoy más viejo y también más sensible a los sucesos que conmueven a los pueblos, me dolió más. Me dolió Venezuela en este corazón argentino que tengo y me ha dolido por empatía. Chávez era un líder que el socialismo necesitaba, pero un poco más allá del socialismo (que son ideas), era un líder que Latinoamérica necesitaba, no imagino una Latinoamérica como la actual si Chávez no hubiese agitado a este infante siglo XXI sentando las bases de un renovado camino, no de una alternativa al sísmico clima capitalista que tanto ignora a los pueblos, sino un camino renovado al socialismo marcado un siglo antes por Fidel y dos siglos antes por los libertadores de nuestra América.

        Hugo Chávez quedará en la historia como el Che, como Martí, como Bolivar, San Martín e innumerables más, aquellos todos hombres como lo somos todos. Hombres hermanos que pensaron en la liberación de los pueblos, y que para esto no cesaron de prestar interés a las necesidades básicas de aquellos saqueados por los tiranos. Latinoamérica hoy dice "no me jodan" y a mi los ojos se me llenaron de lágrimas por la muerte de un hermano:

¡Viva Chávez! ¡Viva América Latina!


A un banquete se sientan los tiranos,
pero cuando la mano ensangrentada
hunden en el manjar, del mártir muerto
surge una luz que les aterra, flores
grandes como una cruz súbito surgen
y huyen, rojo el hocico y pavoridos
a sus negras entrañas los tiranos.

José Martí "Banquete de tiranos", fragmento.

jueves, 21 de febrero de 2013

Gira Sol Es


¿Qué si se nos pasó el tiempo? 
En ascuas ya los segundos nos queman las bocas
así los ojos infusos los unos de los otros se arremeten en vilo.
¡Si de nuestro acervo ya se ha enterado el más confuso de los viles!
Que nos laureen los muertos mal atragantados del amor mudo
si de nuestra declaración ellos renacen, qué cuesta sino el
¿qué si se nos pasó el tiempo?

jueves, 17 de enero de 2013

8, 9, Cielo.


Ya todo es cielo, me dijo la madera de los muebles
Ya todo es cielo, me dijeron las terneras en el campo
Ya todo es cielo, murmuraba nocturna una mariposa
Ya todo es cielo, soplaron las hojas en otoño
Ya todo es cielo, me despedías
Ya todo es cielo, las nubes transparentes
Ya todo es cielo, susurraba el mosquito en la telaraña
Ya todo es cielo, repite mi hermana
Ya todo es cielo, mi abuela
Ya todo es cielo, aquellos perros
Ya todo es cielo, oigo decir en los hospitales
Ya todo es cielo, en las calles
Ya todo es cielo, el cielo
Ya todo es cielo, despertarse de una pesadilla
Ya todo es cielo.
Ya todo es cielo, cada baldosa.

Los poemas de amor son una mierda.

La amo cuando se sienta frente al piano, la amo cuando apoya su cabeza en mis hombros y con su respiración marca el tiempo con el que sonrío...