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lunes, 2 de abril de 2012

BX7

Como si ya no quisiera drogarme. Como si ya quisiera agarrar mi vida que es mía, de los pelos, tirarla al piso, arrastrarla y ponerla de pie, limpia recién en ese momento de todo el suelo. Como si quisiera verla encendida también, que sea la llama de un encendedor naranja, consumiendo el benceno de a poco hasta que ese encendedor naranja sea inútil porque sus chispas no producen aquel fuego que nace azul y muere rojo, con el aire alrededor. Como todo eso y más, quisiera denunciar lo que odio: a vos fanático religioso que diciendo defender la vida por nacer defendés a su contraparte que es la muerte de pequeñas niñas asustadas creyentes del aborto, conducidas, todas ellas, por vos al cruel destino de cuchillos y pinzas sucias; a vos fanático oficialista que querés limpiar cagadas del gobierno con la inútil tarea del silencio; a vos fanático contrera, que sos la mierda personificada en un pedante imbécil, que prefiere aliarse a hijos de puta sólo por contrear, que si antes defendías algo ahora, porque es política de este gobierno, lo atacás; a esos mismos hijos de puta, que manosean todo lo nuestro, que nos violan todos los días por los ojos, por las orejas, por la boca; a los represores asesinos, torturadores, apropiadores de bebés, a ellos, que no les cabe palabra, que atrasaron todo con la fuerza de sus armas, que lograron parar el tiempo con pisadas de botas, a ellos a los que solamente espero que sean condenados a una prisión común, vestidos con polleras para que se los empome algún sidoso recluso.

En todo el odio de esta llama, ya tan roja, me condeno también, pero por poco tiempo,
porque el benceno de aquel encendedor naranja,
que es casi inútil,
se consume
de a poco
y acaba.

Los poemas de amor son una mierda.

La amo cuando se sienta frente al piano, la amo cuando apoya su cabeza en mis hombros y con su respiración marca el tiempo con el que sonrío...